Por: Ana Alonzo Castillo
Irrupción de las
TICs en las relaciones laborales dentro de los medios de comunicación
Los
comunicadores sociales definen la información como todo mensaje que logra
disminuir la incertidumbre. Por otra parte la comunicación se reconoce como un
proceso de intercambio de información, un intercambio de ideas cuyo resultado
es la concreción de ideas nuevas o el reforzamiento de las ideas preconcebidas.
Debe ser por eso que en la historia del mundo, las revoluciones de la humanidad
han estado signadas por los grandes avances que se han dado en la capacidad de
comunicación del hombre.
Tal vez se llueva sobre mojado, pero son necesarias las redundancias para
justificar la importancia del papel que juegan los medios de comunicación
social, y por tanto los comunicadores sociales de oficio, en esta nueva etapa
de la humanidad signada por constantes viajes de información de un rincón del
mundo a otro sin límites de tiempo ni espacio.Actualmente, las discusiones académicas, los negocios, las relaciones internacionales, las actividades humanas más cotidianas están centradas en una revolución por demás significativa, porque tiene como base a las Tecnologías de Información y Comunicación, innovaciones que favorecen enormemente el flujo de información y que, por supuesto, mejoran las posibilidades de comunicación humana.
Los medios de comunicación social, y los profesionales de la comunicación, no pueden hacerse a un lado cuando el mundo en su conjunto se abre a experimentar un fenómeno que con Internet a la cabeza recibe diversos nombres y que, como sea que se denomine, trae consigo una retahíla de cambios que parece no terminar.
Las Tecnologías de la Información y la
Comunicación (TIC), como concepto general viene a referirse a la utilización de
múltiples medios tecnológicos o informáticos para almacenar, procesar y
difundir todo tipo de información, visual, digital o de otro tipo con
diferentes finalidades, como forma de gestionar, organizar, ya sea en el mundo
laboral, o en el plano educativo, donde
ha llegado como una panacea que todo lo arregla y que sin embargo va a llevar
un tiempo encontrar el modelo más adecuado a seguir en la educación, ya que no
se puede cometer el error de abusar de su uso, pero hoy en día sería aún más
erróneo su ausencia, ya que su uso como herramienta didáctica se antoja ya
imprescindible.
Las TIC tienen la peculiaridad de que la
comunicación que se produce no viene condicionada por el tiempo y las
distancias geográficas, es por esto que entre otras cosas tiene una importancia
creciente de la educación informal de las personas, de esto último se
benefician a nivel intuitivo los jóvenes actuales, que encuentran en estos
medios un desarrollo comunicativo que expresan a través de medios para ellos
tan habituales como la mensajería instantánea, los correos electrónicos o el
móvil.
La
Globalización y la Misión Reivindicada del Comunicador Social tal vez se llueva sobre mojado, pero son necesarias las redundancias
para justificar la importancia del papel que juegan los medios de comunicación
social, y por tanto los comunicadores sociales de oficio, en esta nueva etapa
de la humanidad signada por constantes viajes de información de un rincón del
mundo a otro sin límites de tiempo ni
Es preciso entonces reiterar que la revolución en la que se desenvuelve el hombre contemporáneo se caracteriza porque todo aquel que tenga acceso a la red de redes (Internet) tiene a su alcance cúmulos de información innumerables. Así, como el avance tecnológico no se limita sólo a la Red, las sociedades de cualquier país de un hemisferio pueden recibir en vivo y directo, mientras los hechos suceden, información sobre algún acontecimiento que se desarrolle en cualquier rincón de la otra mitad del planeta. ¿Un ejemplo? ¿Cuándo se tuvo noticias en Ecuador sobre el atentado a los torres gemelas del World Trade Center? Así viaja la información en estos días, en tiempo real. Ahora bien, no sólo se trata de información que viaja en tiempo real, sino de grandes dimensiones de información viajando en tiempo real.
Por otra parte, existen otros argumentos que vale la
pena destacar para confirmar la vivencia de una real revolución en el área de
tecnologías de información y comunicación. El Correo Electrónico y las opciones
de Chat son otras innovaciones (ya no tan nuevas) que facilitan la comunicación
humana: Cualquier agente de negocios en Ecuador , por ejemplo, con acceso a
Internet y correo electrónico, puede comunicarse sin mayores inconvenientes con
otro agente de negocios en cualquier parte del mundo que también cuente con
acceso a la Red y una cuenta de correo electrónico. El mensaje no tardará más
que segundos es ser depositado en el buzón del destinatario, luego de haber
sido enviado. Más allá de eso, ambos individuos podrían incluso conversar a
través de la Red, del mismo cómodo modo como pueden hacerlo a través de la vía
telefónica. Con una opción de Chat, conversarían utilizando el teclado de sus
ordenadores, o tomarían los micrófonos y audífonos y conversarían, o activarían
sus cámaras Web para hacer contacto visual.
Toda la exposición anterior resulta ya un hecho común
para muchos mortales y se trata apenas de una breve muestra de lo que hoy las
tecnologías de información le permiten al hombre.
Así, en medio del show tecnológico se habla pues de la
ya citada Sociedad de la Información y de una Era de la Información, una etapa
donde entra en juego otra noción ya no tan nueva ni poco discutida: La
Globalización. Ante la aplicación de la tecnología en casi todas las
actividades del hombre, se presenta un cambio en la civilización, una nueva
estructura social con grandes y numerosas facilidades para la interacción humana,
se producen nuevas costumbres comunicativas, disminuyen las distancias entre
países y se crea un amplio escenario para el intercambio cultural y comercial.
En este mundo cada vez más pequeño y ataviado de informaciones que vienen y van, los medios de comunicación social y sus profesionales tienen reivindicada su tarea. Porque si bien es cierto que esta globalización permite mayor intercambio y convergencia entre las sociedades, es un modelo que afecta a todos los involucrados; y aunque los conflictos que emergen en esta Sociedad de Información son predominantemente de carácter económico, no se escapa al surgimiento de conflictos de poder, étnicos, religiosos y culturales. En el nuevo contexto, ante el aumento de información, parece que en vez de fomentarse la igualdad de condiciones y conocimientos, se contribuye a incrementar las diferencias entre los status.
Entonces, toda esta utópica revolución de información
tiene un aspecto de cuidado: El hombre y la mujer del nuevo milenio son
aparentemente más libres porque acceden a mayor información, pero se presenta
al respecto un conflicto: Habrá una sociedad privilegiada con gran acceso a los
sistemas de información, y colectividades con un cúmulo de información en sus
manos que tal vez no sepan cómo procesar ni manejar.
Ciertamente, tampoco se ahonda en ningún tema novedoso
cuando se hace referencia a expresiones como "la brecha digital",
porque en Internet sí existe una brecha, esa que existe entre quienes tienen
acceso y quienes no. Ahora, sin embargo, existe la esperanza de hacer con el tiempo
que esa distancia entre unos y otros disminuya, hasta que la mayoría humana
pueda considerarse, en algún momento de su quehacer cotidiano, cibernauta.
Pero también está dicho que esta nueva etapa apenas
comienza, que son diversos e infinitos aún los debates que pueden darse a su
alrededor. En un espacio un poco más optimista, donde realmente se aspire a la
democratización del conocimiento, es justo en el cual los grandes creadores de
contenidos (comunicadores sociales y medios de comunicación) tienen relevante
participación e influencia. Al fin y al cabo se trata, según filósofos,
comunicólogos y sociólogos, de un sector que supera la acción de las
tradicionales máquinas de coacción.
Los
comunicadores sociales -y con ellos los medios- por tanto, deben reivindicar su
deber y compromiso como orientadores, formadores, instructores, guías y
constructores de civilizaciones. Tienen en sus manos la oportunidad de asumir
el desafío de realmente "globalizar" la información y el conocimiento,
para que todos esos beneficios que enmarca esta nueva etapa de la historia
humana realmente logren llegar a las grandes mayorías del planeta.
En conclusión comunicólogos y catedráticos del periodismo afirman que el fulgor de Internet y su velocidad de avance impiden asimilar con precisión todo su significado; que particularmente para los medios de comunicación, y en consecuencia para los comunicadores de profesión, la Web - y con ella todos los avances en Tecnología de Información y Comunicación - representa como ya se ha dicho una enorme oportunidad y desafío.
Ahora bien,
las oportunidades y desafíos que se desprenden de Internet para la comunicación
social son tan infinitas como ese mundo que va creciendo en la Web. La Red
invita a los comunicadores sociales, y también a los medios de comunicación
tradicionales, a involucrarse de manera provechosa para sacar partido de esas
llamadas nuevas tecnologías de información y comunicación de la mejor manera,
con intenciones de permitirse ocupar dignamente un espacio en el que
prácticamente todas las áreas son una oferta interesante, atractiva y por qué
no, excitante: En sentido práctico en cuanto a la generación de contenidos; en
sentido filosófico en el análisis de sus implicaciones sociológicas y el
impacto en la formación de opinión pública; en sentido comercial en tanto
favorezca al proceso del medio masivo como negocio.
Internet incide en la comunicación social al ofrecer
no sólo una nueva herramienta para facilitar el trabajo de investigación que
supone el buen periodismo, porque nos coloca al mundo más cerca, sino también
al permitir un nuevo espacio profesional en el cual desenvolverse y al obligar
a la profesión a plantearse una nueva visión de formación.
No se trata de decir de manera airada que Internet y
las Tecnologías de Información han afectado o cambiado la comunicación social,
porque es evidente que la obligan constantemente a cambiar, así como lo hacen
con el resto de las actividades que el hombre desarrolla en el mundo.
Se trata simplemente de destacar la importancia que
tiene hoy el hecho de asumir con responsabilidad la tarea de mirar todas las
innovaciones tecnológicas que surgen en el área de información y comunicación
desde una perspectiva más amplia, porque es imposible ya mirar desde afuera.
Todas las afirmaciones que tienen cabida aquí sólo son un humilde intento de
mostrar cómo las tecnologías arropan toda actividad de comunicación, para
mejorarla en gran medida, y cómo los comunicadores sociales y los dueños y
líderes de medios de comunicación pueden hacer que tales innovaciones y mejoras
resulten beneficiosas tanto para los medios tradicionales como para la
profesión.
Ya no puede dudarse que los medios de comunicación
forman parte de las tecnologías de información y que a su vez, en acción
complementaria, mejoran con cada invención que surge en el área. Tampoco hay
duda de las oportunidades que surgen para los comunicadores sociales en este
nuevo orden mundial que impone la llamada Revolución de Información. Pero como
toda tecnología resulta beneficiosa para la humanidad en la medida que el
hombre reconoce sus atributos y les da uso en esa dirección, queda en manos de
los profesionales de la comunicación la labor de continuar planteando las
interrogantes e ir buscando las respuestas. Porque definitivamente, el debate apenas comienza.